martes, 29 de septiembre de 2009

Retrato(s) de un crimen (o sobre la imposibilidad de volver)

"Perhaps failure, like theatricality, is inescapable."
(Tracy Davis, “Theatricality. An Introduction”)

"Those who fail to perform (...) are regularly punished."
(Judith Butler, “Performative Acts and Gender Constitution. An Essay in Phenomenology and Feminist Criticism.”)
Hansel & Gretel no lograron volver. Los pájaros se comieron las migajas de pan que pensaban usar para encontrar el camino de regreso. En el cuento versión Disney, el leñador los rescata (ajám, como a la caperuza roja). En el cuento original, probablemente acabaron con una manzana en la boca sobre una charola y doraditos via el horno de la bruja (así son esos cuentos de hadas). Sin importar que versión del cuento se prefiera, Hansel & Gretel se topan frente a la imposibilidad de volver.
Imposibilitados para comentar políicamente (no por algún artículo 33, sino por nuestra desconexión de la esfera pública holandesa al no hablar dutch) nos lanzamos a pescar alguna posibilidade de intervenir el espacio público en la plaza más importante de Amsterdam: Dam Square, donde un gran monumento fálico celebra la liberación tras la WWII. Es algo así como su Zócale, e igual que en el nuestro, se trata de un espacio teatral donde más o menos se espera que cosas raras sucedan. Nuestra experiencia temprana en Amsterdam nos llevó a experimentar la sensación de estar perdidos y la imposibilidad de volver. Volver, parece estar vedado. ¿A dónde queremos volver? A casa.
Hansel & Gretel no lo lograron. Y nosotros estabamos decididos a fracasar también. La idea era simple, tirar migajas de pan, cruzar la plaza y tratar después de regresar al punto de partida siguiendo sólo las migajas. Labor imposible: garantizado por las centenas de palmas (flying rats) prestas a deglutir las migajas que los turistas y alguno que otro dutch distraído les prodigan. Queríamos fallar. Descubrimos que there is not such a thing as failure. Al menos no en este tipo de trabajo.
Ciertamente no se podía seguir el camino de regreso... no el de pan al menos. Las palomas reemplazaban al pan formando un sendero. Eran nuestro ejército, marchando decididos a llegar al otro lado de la plaza. Con paso relajado y aire distraído, casi disoluto, cruzamos una de las avenidas más transitadas: paramos el ritmo de la ciudad: ciclistas peleando con las palomas para pasar, tranvía detenido, coches, parados.... sólo nosotros y un río de palomas. There is not such thing as failure.
Parece que 'descubrimos' sin querer un tipo de teatro que ya existe: teatro 'ecológico'. Las fuerzas de la naturaleza fueron nuestras aliadas..... para romper la ley. Tras vacias una bolsa entera de pan por la plaza, alguien tuvo la amabilidad de indicarnos que está prohibido alimentar a las palomas. A ellas parece no importarles. A nosotros tampoco. Y la verdad fue muy divertido. Tanto, que me hizo recordar una cita de Walter Benjamin sobre la función de los cuentos de hadas. Una cita, con la que cierro este día y lamo mis heridas para seguir encontrando un espacio para el gozo -en este caso en la imposibilidad de volver-:
"The wisest thing—so the fairy tale taught mankind in olden times, and teaches children to this day—is to meet the forces of the mythical world with cunning and with high spirits."
(Walter Benjamin, "The storyteller")

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